¿Ha notado que durante el invierno siente más ansiedad y cambios de temperamento? ¿Se ha sentido con menos energía, más apetito y una tendencia a engordar un par de kilos durante esta estación? Con el cambio de hora y los ajustes que requiere la llegada del invierno, me gustaría que mis lectores sean conscientes de lo que es el Trastorno afectivo estacional (SAD, por sus siglas en inglés), un tipo de depresión que ocurre con la temporada invernal.
Este trastorno afectivo ocurre, generalmente, al final del otoño o principios del invierno, y puede prolongarse hasta finales de primavera, incluso hasta el verano. Según el Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), un 6% de la población de los EE. UU. sufre de SAD, mientras que otro 14% de la población adulta es afectado por cambios más leves de temperamento también estacionales, a los que llamamos “depresión de invierno”. Los investigadores han identificado los desequilibrios de serotonina, melatonina y niveles de vitamina D como las posibles causas de este trastorno. La serotonina es un químico del cerebro que regula el estado de ánimo, la melatonina regula el sueño, y la vitamina D influye en los niveles de serotonina. Los tres factores, sin embargo, se ven afectados por la reducción de la luz del sol durante la estación de invierno. Debido a que las causas de este trastorno afectivo estacional no están claramente identificadas, es importante que hable con su médico si se siente con cambios de temperamento y de estado de ánimo durante estos meses para que este le ayude a controlar los cambios y reconocer los síntomas de empeoramiento. Esto también puede ayudar a quienes conviven con usted a identificar a tiempo los síntomas del trastorno.
La tendencia a la depresión, el trastorno bipolar, una historia clínica familiar de depresión, la edad y el género de la persona son todos factores que pueden incrementar la posibilidad de sufrir de trastorno afectivo estacional. Según estudios del Instituto Nacional de Salud, las mujeres se ven afectadas cuatro veces más que los hombres, y los jóvenes entre 18 y 30 años son los más vulnerables al impacto de este trastorno, aunque también se le ha diagnosticado a niños y adolescentes.
Durante mis años como médico, he experimentado que los latinos son abiertos a discutir temas de salud mental, pero en muchas ocasiones enfrentan obstáculos y barreras en el sistema de servicios de salud mental. Según la Oficina de atención a minorías y asuntos nacionales de la Asociación Americana de Psiquiatría, menos de uno de cada 11 hispanos con trastorno mental se pone en contacto con un especialista de salud mental, y menos de uno de cada cinco contacta a un médico primario. Más aún, menos de un 55 por ciento de hispanos adultos —y solo un 30 por ciento de adolescentes— que han sufrido un episodio de depresión severo (definido por el Instituto Nacional de Salud como dos semanas o más en estado depresivo que afecte el funcionamiento diario de la persona) ha recibido tratamiento. Asegúrese de conversar con su médico, familiares y amigos, acerca de su estado de ánimo, ya que la identificación temprana de este trastorno es clave para manejar sus síntomas y proveer tratamiento adecuado.
Existe una variedad de tratamientos para el Trastorno afectivo estacional, desde actividades físicas, consejería o terapia hasta medicación. Salir a caminar por la tarde para romper la rutina de trabajo, comprar un reloj despertador para que le despierte con luz natural, o hacer ejercicios –para liberar endorfinas naturales u hormonas que ayudan a mejorar el estado de ánimo– son algunas maneras de controlar el trastorno afectivo estacional.
Algo que debe saber es que, si no se trata a tiempo, el trastorno afectivo estacional puede desembocar en una depresión severa. En SOMOS Healthcare, nuestra red de médicos y especialistas en El Bronx, Brooklyn, Manhattan y Queens están enfocados en proveer un cuidado de alta calidad, culturalmente compatible y centrado en el paciente a las familias de la Ciudad de Nueva York. Consulte hoy mismo con su médico acerca del trastorno afectivo estacional, para que pueda disfrutar sanamente del invierno.