Con DASH para una salud mejor en SOMOS

DASH to Better Health Blog
[avatar user=”doller” size=”thumbnail” align=”left” link=”https://somoscc.wpengine.com/who-we-are/denisse-oller”]por Denisse Oller[/avatar]

Cuando inicié mi reto de la Dieta DASH, hace unos dos años, no tenía idea de la transformación que experimentaría tanto física como emocionalmente, ni de los efectos positivos que esto tendría en mi experiencia personal. Todo comenzó con un comentario irrelevante, o al menos eso pensé.

Le contaba a un estimado colega que, durante mi examen médico anual, mi médico primario me había diagnosticado con hipertensión (160/110) y me había recetado medicamentos. Además, me recomendó que redujera el consumo de sal y que intentara bajar de peso. Le dije: “En realidad no me preocupan mucho esos números. Además, nunca podría comer sin sal. Me encanta la sal. Soy casi adicta a la sal”.  Mi colega, el Dr. Richard Bernstein, me lanzó una mirada llena de preocupación y me contestó: “Lo que me cuentas es muy serio. Estás al borde de una enfermedad cardiaca crónica. Deberías comenzar con la dieta DASH ya mismo”.

Y así comenzó esta etapa. Muy pronto descubrí que la dieta DASH enfatiza el consumo de cereales, frutas y vegetales a la vez que limita el consumo de sal y de azúcar. Como resultado, muchos estudios demuestran que también puede reducir los riesgos de un derrame cerebral, enfermedades cardiovasculares, paro cardiaco y diabetes, a la vez que contribuye a que perdamos peso. El año pasado fue catalogada como la Mejor Dieta en general en la lista anual que publica la revista U.S. News & World Report, el octavo año consecutivo que gana este puesto. Todo eso está muy bien, pensé, pero ¿cómo hago para dejar de consumir sal?

Tal y como algunas personas sienten predilección por lo dulce y otras no, existen quienes sienten predilección por la sal en las comidas, más que otros. Yo soy uno de ellos. Además, me encanta cocinar, por lo que eliminar la sal de mis comidas, así de repente, casi seguro que no iba a funcionar. Pero decidí enfrentar el desafío. Leí todo lo que encontré acerca de sustitutos de la sal, me armé de todas las sazones que recomienda la dieta DASH y experimenté con hierbas, especias, vinagres, mostazas y mojos o marinadas cítricas, a la vez que reducía el consumo de sal.  Reconozco que al principio fue un desastre. Prefería no comer porque todo me sabía a cartón.

La sal es un gusto adquirido, y la mayoría de las personas lo adquieren durante la niñez. También aprendí que, de adultos, tras años de consumir alimentos con alto contenido de sal, cambiar nuestro paladar y hábitos alimenticios requiere de mucho esfuerzo. Los expertos dicen que puede tardar entre 8 y 12 semanas.

Con el tiempo, el hambre pudo más que el viejo hábito de comer con sal. Tras unas dos semanas de haber reducido la sal en mis platos, se me hacía menos difícil el ingerir los alimentos, tal vez, pensé, me había resignado a este nuevo estilo de vida. ¿Quién sabe? Una cosa sí era cierta, estaba empezando a sentir el verdadero sabor de las comidas. Me sentía menos llena y a la vez empezaba a notar que perdía peso, lo cual me motivó mucho para seguir adelante. Hasta empecé a caminar más y con paso más ligero.

Mucho me ayudó el apoyo que recibí de mis colegas. SOMOS ha adoptado la dieta DASH como su plan de nutrición y una de mis primeras tareas fue coordinar un taller de tres sesiones sobre la dieta DASH para nuestros trabajadores de la salud comunitarios (CHW, por sus siglas en inglés). Mis compañeros y yo diseñamos el programa reconociendo las preferencias culturales y alimenticias de nuestras comunidades hispana y china, así como los límites de presupuesto de las personas que reciben beneficios del Medicaid. Con todo esto en mente, diseñamos un programa enfocado en apoyar nuestros proyectos sobre enfermedades cardiovasculares, enfermedades crónicas, diabetes y asma. El trabajo en equipo y la guía del Dr. Bernstein, así como del Director Médico de SOMOS, el Dr. Diego Ponieman hizo posible que nuestro esfuerzo diera resultados tan fructíferos.

Mediante talleres interactivos realizados en conjunto con organizaciones comunitarias, escuelas y otras asociaciones, SOMOS está llevando la dieta DASH a las comunidades más necesitadas de la Ciudad de Nueva York, ayudando a los participantes a entender cómo una nutrición adecuada puede prevenir enfermedades crónicas, e instándolos a elegir opciones más saludables de alimentos en la cocina y en la mesa. También queremos motivarlos a que se ejerciten.

Aquí en SOMOS, estamos mejorando nuestros programas de bienestar con mejores recetas, educación nutricional y programas de actividad física en nuestras instalaciones.

Hay una revolución en marcha, y todo comenzó con una simple charla y un consejo muy valioso que tomé al pie de la letra y lo llevé hasta mi cocina. En unos pocos meses he perdido casi 10 libras, no consumo sal y me ejercito un mínimo de 30 minutos al día. Nunca me había sentido más saludable, más motivada, mejor conmigo misma.

Ah, y por si se lo pregunta, mi presión arterial ahora es 120/80 y ya no tengo que tomar ninguna pastilla. ¿Está listo para el reto?