Tus riñones son unos órganos del tamaño de un puño y en forma de frijol que se ubican en la parte baja del tórax, a ambos lados de la columna vertebral. La función de los riñones es filtrar la sangre. Remueven los desperdicios, controlan el equilibrio de los fluidos corporales y ayudan a mantener los niveles correctos de electrolitos. Toda la sangre de tu cuerpo pasa a través de ellos varias veces al día. Por eso, es válido decir que los riñones realizan funciones corporales fundamentales y es importante saber cómo mantenerlos sanos.
Las enfermedades renales, o de los riñones, son asesinos silenciosos que pueden afectar enormemente tu calidad de vida. Los tres tipos más comunes de enfermedad renal son la insuficiencia renal crónica, los cálculos renales y la glomerulonefritis. Hay varias maneras de reducir el riesgo de desarrollar alguna de estas enfermedades renales.
La insuficiencia renal crónica se deriva de la hipertensión arterial y de altos niveles de azúcar en el flujo sanguíneo. Esto puede aumentar la presión en los pequeños vasos sanguíneos de los riñones donde se limpia la sangre. Con el tiempo, la presión creciente daña estos vasos y, entonces, empiezan a declinar las funciones renales.
Los cálculos renales son causados por minerales y otras sustancias del flujo sanguíneo que pueden cristalizarse en los riñones formando masas sólidas (cálculos o piedras). Por lo general, no hay daños en el largo plazo asociados con los cálculos renales, pero puede ser extremadamente doloroso cuando pasan por los riñones.
La glomerulonefritis es la inflamación de los glomérulos. Los glomérulos son estructuras muy pequeñas dentro de los riñones y son los encargados de filtrar la sangre. La glomerulonefritis puede deberse a infecciones, medicamentos o trastornos ocurridos durante o poco después del parto. La glomerulonefritis suele sanarse por sí sola.
Tal como haces para mantenerte saludable en general, la mejor manera de prevenir estos problemas renales comunes es incorporar estos sencillos hábitos en tu rutina diaria.
Ejercítate. El ejercicio regular es siempre una buena decisión y, también, es particularmente útil para reducir el riesgo de padecer alguna enfermedad renal. El ejercicio disminuye la presión arterial y mejora la salud cardiaca, ambos factores importantes para prevenir cualquier afección de los riñones.
Controla los niveles de azúcar en el flujo sanguíneo. Las personas con diabetes, u otras condiciones que elevan el azúcar en la sangre, tienen mayores probabilidades de desarrollar enfermedades renales. Sin embargo, si controlas el nivel de azúcar en la sangre, podrás reducir el riesgo de enfermarte de los riñones. Asegúrate de consumir una dieta saludable y balanceada, pues así realizarás un gran avance para conservar tu salud.
Monitorea tu presión arterial. Evidentemente, si la insuficiencia renal se origina por la hipertensión arterial, entonces es muy importante mantener bajo control este factor. Existen hábitos muy sencillos para mantener baja la presión arterial, como reducir el consumo de sal, alcohol y cafeína. Asimismo, dejar de fumar ayudará mucho a tus riñones.
Mantente bien hidratado. El consumo regular de agua es muy bueno para tus riñones. El agua ayuda a eliminar el sodio y las toxinas de tus riñones. Proponte tomar de uno a dos litros de agua al día para ayudarte a mantener limpios y funcionales tus riñones.
Si crees que podrías tener algún problema con tus riñones, asegúrate de contactar a tu médico para realizarte un chequeo y obtener más información al respecto.