Como padres, todos queremos que nuestros hijos crezcan seguros, felices y saludables. Para ello, una de las cosas más importantes que podemos hacer es crear en ellos hábitos dietéticos saludables desde los primeros años de sus vidas.
Los niños necesitan una dieta balanceada, y para ser tal, debe contener alimentos provenientes de los tres principales grupos nutricionales: frutas y verduras, granos integrales y proteínas. Al consumir diversos tipos de alimentos, nuestras comidas se vuelven más interesantes y deliciosas. Dicha mezcla también es la base de una dieta saludable, ya que cada comida incluye una combinación única de nutrientes, tanto de macronutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas) como de micronutrientes (vitaminas y minerales).
Con base en las Guías dietéticas para los estadounidenses, 2015-2020, aquí te presentamos algunos consejos para potenciar el crecimiento y desarrollo de tus hijos:
- Verduras: a mayor cantidad y variedad de verduras, mejor será la dieta. En cada porción, sirve verduras frescas, enlatadas, congeladas o deshidratadas. Además, proponte cambiar el tipo de verduras cada semana, pasando de las verdes oscuras, rojas y naranjas a los frijoles, guisantes, almidonadas y a otros tipos de verduras. No olvides enjuagar muy bien las verduras enlatadas antes de servirlas.
- Frutas: ¡Recorre todos los colores del arcoíris! Esto significa que tú y tu familia debieran comer todas las frutas de todos los colores disponibles, ya sean frescas, congeladas o deshidratadas.
- Granos integrales: prefiere los granos enteros o integrales, como el pan de trigo integral, la avena, la quínoa, el arroz moreno o silvestre, así como alimentos hechos con un mínimo de granos enteros procesados. Limita el consumo de granos refinados, como el pan, la pasta y el arroz blancos.
- Proteínas saludables: Opta por frijoles y guisantes, nueces, semillas y otras proteínas de origen vegetal, así como por pescado, huevo y pollo. Limita el consumo de carnes rojas (res, puerco y oveja) y evita los embutidos (tocino, salchichas, chorizos, etc.).
- Lácteos: Anima a tus hijos para que consuman bebidas sin grasas o productos lácteos bajos en grasas, como leche, yogur, queso o bebidas a base de soya que cuentan con esa característica.
- Aceites saludables: Es importante recordar que la grasa es una parte necesaria de nuestra dieta diaria, pero lo más importante es conocer el tipo de grasa de que se trata. Debemos elegir cotidianamente alimentos con grasas saludables, es decir, insaturadas, como las que contienen el pescado, las nueces, las semillas y los aceites de origen vegetal que caracterizan al aceite extra virgen de oliva, pero también a los de canola, maíz, girasol, e incluso a la crema de maní, todos los cuales se usan para cocinar o preparar ensaladas.
- Agua: ¡Hidrátense! El agua debiera ser la bebida de su elección en cada comida y bocadillo, sobre todo cuando realizan actividades físicas. Limita el consumo de jugos de tus hijos, pues esas bebidas pueden contener tanta azúcar como las sodas. Un vaso pequeño de jugo de fruta al día está bien, y eviten consumir bebidas azucaradas como sodas, bebidas de frutas y bebidas energéticas.
- Actividad física: incluye actividades físicas en la rutina diaria de tus hijos. Haz que se involucren en deportes escolares o comunitarios; pasen juntos el día en un parque para cambiar, así, el tiempo inactivo en una silla por un tiempo activo en beneficio de la salud corporal. Los niños y adolescentes deben proponerse realizar al menos una hora de actividad física al día.
Involucra a tus hijos en tu nuevo plan dietético; para ello, haz que te acompañen al mercado para comprar los alimentos y también en la cocina al prepararlos. Además, asegúrate de consultar nuestra página del plan nutricional DASH para obtener más consejos fáciles-de-seguir ¡para tener una vida más saludable!